Desde el Congreso de Viena (1815), Italia estaba dividida en 7 estados: en el norte, el reino de Piamonte-Cerdeña, gobernado por la dinastía Saboya, y el reino Lombardo-Veneto, perteneciente a Austria; en lModena y Toscana dominaba la casa de los Habsburgo; en Parma, los Borbones; los Estados Pontificios estaban regidos por el Papa; y en el sur, el reino de Sicila y Nápoles era gobernado por los Borbones.
Italia, 1959
Victor Manuel II, Garibaldi, Cavour y Manzini
Mediado el siglo XIX, existían
diversos proyectos de unificación. De todos ellos, será el de Cavour, primer ministro del rey piamontés Victor Manuel II, el que
terminará triunfando.
El proceso de unificación fue el siguiente: Cavour consiguió la alianza de Napoleón III para que le ayudara (a cambio de obtener Niza y Saboya para Francia) a derrotar a los austríacos en las batallas de Magenta y Solferino (1859), consiguiendo así la anexión de Lombardía.
Italia, 1863
Victor Manuel II
El proceso de unificación fue el siguiente: Cavour consiguió la alianza de Napoleón III para que le ayudara (a cambio de obtener Niza y Saboya para Francia) a derrotar a los austríacos en las batallas de Magenta y Solferino (1859), consiguiendo así la anexión de Lombardía.
Italia, 1959
Batalla de Magenta
En 1860, tras realizar referéndum,
los estados de Parma, Módena y Toscana,
se unieron al reino de Piamonte-Cerdeña. Ese mismo año, en el sur, Garibaldi, con su ejército de Las Mil Camisas Rojas, ocupó Sicilia y pasó a Nápoles, derrotando a
la monarquía borbónica.
Italia, 2007
Garibaldi
Para conseguir más anexiones había que esperar el contexto
internacional favorable, y este llegó en 1866, con la Guerra entre Austria y
Prusia, lo que favoreció que los italianos se anexionaran el Véneto con la
ayuda del prusiano Bismarck.
Más complicado era conseguir los territorios papales, sobre todo porque Francia era una poderosa aliada de los Estados Pontificios. Solamente la caída de Napoleón III y la guerra franco-prusiana de 1870 hicieron posible la incorporación de estos territorios a Italia, que elegirá Roma como capital del nuevo estado.
Muchos años después, tras la derrota de Austria en la Primera Guerra Mundial, en 1919 se incorporaron el Trentino e Istria.
Italia, 1970
Centenario de la anexión de Roma
El principal problema del proceso de unificación fue el de
la ciudad de Roma, que enfrentaba al rey y al Papa. Los liberales en el gobierno arrebataron el poder temporal al Papa Pío IX, que declaró la imposibilidad de desarrollar su misión religiosa sin dicho poder. El reino de Italia estableció la libertad de culto, libertad de escoger religión en la enseñanza,, supresión de conventos y de diezmos. Pío IX condenó el liberalismo, y en el Concilio Vaticano I de 1870 declaró la infalibilidad ex-cátedra del Papa en materia religiosa
Ciudad del Vaticano, 1954
Pío IX
En Italia se instauró la Cionstitución liberal de Piamonte, se establecieron dos Cámaras (Congreso y Senado), y desde el punto de vista económico, el norte (Milán) se convertiría en el motor industrial
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