La expedición de Alejandro se inicia en Pella, capital de Macedonia, el año 335 a. C., y concluye con su muerte en Babilonia en el 323 a. C. Las campañas de conquista se iniciaron en Asia Menor, fuera del territorio propiamente griego, con lo que Alejandro pretendía dar a entender que actuaba en nombre de Grecia. Bordenado la costa, se hizo con el control de Efeso, Mileto y Halicarnaso.
Turquía 1953, Scott 1102 A218
Ruinas de Efeso
Ante el rápido avance del macedonio, los persas comenzaron a preocuparse, y será su propio rey, Dario III, quien se ponga al frente de los ejércitos para intentar frenarle. Pero Alejandro, dando muestra de sus dotes como estratega, atrajo a Dario a una encerrona en una estrecha llanura junta al golfo de Issos, encajonada entre el mar y la montaña, a la que se accedía por pasos angostos y donde el ejército persa no podía maniobrar. El combate resultó muy violento, ya que los persas no se retiraron hasta que su rey no huyó, cosa que hizo dejando abandonada a su familia y sus atributos de jefe.
Grecia 1937. Scott 404 A77
Alejandro Magno y la batalla de Issos
Grecia 1992. Scott 1743 A578
Alejandro Magno y la batalla de Issos
En lugar de perseguir a Dario, Alejandro se dirigió a Egipto por la costa de Fenicia, tomando Tiro y Gaza. La conquista de Egipto fue fácil debido a la parálisis en la que estaba sumido dicho país por el sometimiento a los persa. Allí fundó Alejandría (331 a. C.), y recibió noticias del rearme de Dario, lo que le llevó a emprender de nuevo la marcha en su búsqueda. Esta vez Darío no quería cometer el mismo error que en Issos, y le esperó en la vasta llanura de Gaugamela, donde se encontraron los dos ejércitos. Pero otra vez la estrategia de Alejandro se impuso, y Darío tuvo que volver a huir, lo que iba a suponer el final de su reinado. Según Arriano, los griegos sólo tuvieron 70 muertos, otros lo cifran en 500; pero de todas maneras están muy lejos de los 30.000-90.000 muertos persas que dan las diferentes fuentes.
Con su huída, Darío permitió el acceso de Alejandro a Babilonia, Susa y Persépolis, consiguinedo además una importantísima cantidad de plata que le iba a servir para, entre otras muchas cosas, saldar deudas con sus tropas.
Irán 1966, Michel IR 1292
Persépolis
Alejandro Magno no se conforma, y a gran velocidad dirige su ejército en persecución del persa, muy mermado por las enfermedades y las deserciones. Se está produciendo la división en el seno de los persas: pocos son los generales que apoyan a su rey después de este nuevo fracaso, y la mayoría concedió el mando a Bessos, que terminará traicionando y asesinando a Darío antes de la llegada de Alejandro.
Siete años más tarde, en el 323 a. C., la malaria terminó con la vida de Alejandro Magno, que había llegado hasta donde ningún europeo lo había hecho antes, al oeste de la India, iniciando la fusión de la cultura del oriente despótico con la de la Grecia Clásica.
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