Alemania, 1872
Primeros sellos emitidos por el nuevo estado alemán
El Tratado de Frankfurt de marzo de 1871 puso fin a la guerra franco-prusiana, y supuso el traslado del centro del poder europeo de Francia a Alemania. En el nuevo mapa de Europa, en el que los sentimientos nacionales estaban muy alterados, había una serie de "zonas calientes": Alsacia y Lorena, arrebatadas a Francia por Alemania; la "Italia Irredenta" (territorios de habla italiana no incluidos en el estado italiano), y sobre todo los Balcanes, donde a las reivindicaciones nacionalistas había que sumar los intereses austríacos y rusos.
En este contexto se sitúa la figura del Canciller alemán Bismarck, obsesionado con un posible cerco a Alemania entre Francia, Rusia y Austria. De ahí su gran objetivo: mantener a Francia aislada en el concierto de las naciones. Para conseguirlo creó lo que se ha denominado "sistemas bismarckianos", un complicado conjunto de alianzas y tratados encaminados a mantener en Europa el equilibrio y la situación de 1871, que tanto beneficiaba a Alemania.
Este conjunto de tratados se divide en tres etapas:
El primer sistema es el denominado Entente de los Tres Emperadores: Guillermo I de Alemania, Francisco José de Austria-Hungría y Alejandro II de Rusia. Ligaba a las tres potencias más conservadoras de Europa en un acuerdo firmado en 1873. Pronto mostró su debilidad, cuando en 1875 la amenaza de Bismarck de atacar a Francia de forma "preventiva" provocó que el zar respondiese que Rusia no se sentía obligada a apoyar a Alemania, lo que hizo que la amenaza se disipara. El conflicto balcánico de 1878, que supuso la administración de Bosnia por parte de Austria, la ocupación rusa de Besarabia y la aparición de nuevos estados como Bulgaria (satélite de Rusia) y Rumanía, dio al traste definitivamente con este primer tratado: estaba claro que dos de los tres firmantes, Austria y Rusia, eran rivales en los Balcanes.
Rusia 2005
Emperador alejandro II
El segundo sistema, también destinado a aislar a Francia, está formado por tres acuerdos: el austro-alemán de 1879, el austro-germano-ruso de 1881, y la alianza austro-germana-italiana de 1882 (Triple Alianza) Hay que destacar que Bismarck tuvo el gran mérito de unir a Italia y Austria cuando había contenciosos entre ellos ("Italia Irredenta" en manos austríacas). Este conjunto de alianzas dejaba a Francia totalmente sola en el continente. Bismarck ya "solo" necesitaba que Gran Bretaña se uniera para completar su objetivo.
Italia 1889
Humberto I (rey de Italia entre 1878 y 1900)
La perfección del sistema bismarckiano se conseguiría con el Acuerdo sobre el Mediterráneo entre Gran Bretaña e Italia de 1887: por fin Gran bretaña se unía, aunque fuera indirectamente, y con el Tratado de Reaseguro entre Alemania y Rusia de ese mismo año.
Gran Bretaña, 1887
Reina Victoria
Apenas alcanzada la perfección, el complejo artificio comenzó a dar signos de debilidad, cuando el nuevo emperador, Guillermo II, tuvo desavenecias con Bismarck sobre política internacional, lo que provocará la retirada de éste de la política. Por otro lado, la necesidad de ayuda financiera de Rusia para su industrialización hizo que se acercara a Francia, lo que romperá definitivamente la compleja trama urdida por Bismarck.
Enhorabuena, como siempre un artículo muy interesante
ResponderEliminarMuchas gracias. A ver si puedo retomar el ritmo después de este parón de un mes.
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