La Reconquista peninsular había llegado en el siglo XIII al corazón de Al Andalus, lo que hacía prever el final de la dominación islámica; sin embargo, diversas circunstancias favorecieron la existencia hasta finales del siglo XV de un reino musulmán en Granada, que en líneas generales comprendería las actuales provincias de Granada, Almería y Málaga.
Los orígenes del reino nazarí se remontan a la descomposición del poder almohade (derrota de las Navas de Tolosa, 1212), que precipitó la caída de las principales ciudades del Guadalquivir. En 1232 se proclamó sultán a Muhamad Ibn _Yusuf Ibn Nasr en la localidad de Arjona (Jaén), quien en el transcurso de pocos años ocupó Guadix, Baza y Jaén. En 1237 entró en Granada, capital del naciente estado nazarí, e incorporó Málaga y Almería, aunque poco tiempo después perdería Jaén a manos de Fernando III.
España, 2012.
Sello conmemorativo de la batalla de las Navas de Tolosa
Desde sus comienzos, el reino nazarí tuvo que reconocer el vasallaje de los reyes de Castilla y pagarles un alto tributo como medio de garantizarse la subsistencia. Pero hubo otros factores que explican su consolidación y existencia durante dos siglos y medio: su defensa se apoyaba en barreras montañosas (sierra de Elvira y Serranía de ronda); en el elevado potencial humano procedente de tierras andaluzas y murcianas; y en el importante papel del comercio exterior, de cuyo auge son exponentes las numerosas colonias de comerciantes extranjeros.. Además, los reyes granadinos mantuvieron buenas relaciones diplomáticas con los aragoneses, castellanos y norteafricanos.
Muhammad I, el fundador de la dinastía, logró consolidar el reino nazarí y fijó su residencia real y su administración en una antigua fortaleza, La Alhambra, a la orilla del Darro, que sus sucesores convertirán en un hermoso palacio. Los emires nazaríes, conscientes del peligro que podía venir del exterior, construyeron una red de fortificaciones y un organizado ejército.
Durante gran parte sel siglo XIV, el reino de Granada vivió una época de paz relativa gracias a la crisis económica y demográfica, a las guerras entre la nobleza y la monarquía castellanas y a la ayuda de los benimerines norteafricanos.
A finales del siglo XIV los castellanos empezaron a dar muestras de reanudar el hostigamiento, hasta el punto de que en 1410 el regente de Castilla, el infante Fernando, tomó Anteuqera. Desde inicios del siglo XV se desataron en el reino nazarí las luchas intestinas que le sumirán en una profunda crisis, a lo que hay que añadir que Enrique IV de Castilla emprendió una campaña de desgaste, que sería continuada por su sucesora, Isabel. Los Reyes Católicos, en 1482 aprovecharon una nueva guerra civil entre el sultán Abul Hasan (Muley Hasan) y su hijo Boabdil, que facilitaría la conquista definitiva, con la entrada en la capital el 1 de enero de 1492.
El reino nazarí de Granada fue el último gran foco cultural y artístico de la España islámica. La literatura, la Historia, las ciencias (matemáticas, astronomía, medicina,...) alcanzaron un notable desarrollo en esta época.
El arte, sobre todo la arquitectura, tiene en la Alhambra su mejor ejemplo: una verdadera ciudad real independiente del núcleo urbano de la ciudad baja. La obra fue engrandecida y enriquecida a lo largo del tiempo con torres, patios y salas profusamente decoradas.
LA ALHAMBRA EN LA FILATELIA ESPAÑOLA
Aquí podemos ver una muestra de la amplia utilización que de dicho monumento se ha realizado.
1964
1975,
1988
1998
2003
2011.
